Se trata del barrio que aún conserva, junto al de la Villa, todo el sabor y color que don Juan describiera en sus obras, especialmente en “Pepita Jiménez”. Nos encontramos ante un barrio de blancas casas encaladas y bellos balcones adornados con las más típicas flores, las cuales durante el mes de mayo, en la celebración de las fiestas de la Cruz, ofrecen a todo el que lo visita los más bellos colores y dulces aromas de nuestra tierra, invitando a pasear por él y conocer la acogedora iglesia de San Juan Bautista
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