Las primeras evidencias de la presencia de seres humanos en Carcabuey arrancan entre el 9.000 y el 6.000 a. C., en el Epipaleolítico, fase final de la economía predadora inmediatamente anterior a los primeros productores.

La documentación histórica, los yacimientos prehistóricos y sus materiales, son relativamente abundantes, y algunos, como el Castillejo, debieron reunir magníficas condiciones como lugar de habitación, pues en él hubo una ocupación, prácticamente continua, desde el Epipaleolítico hasta el Calcolítico, a juzgar por los hallazgos superficiales efectuados.

También en el interior de la villa actual, donde hoy se alza el castillo, dejaron sus huellas esos remotos antepasados. Los restos materiales más antiguos por ahora se remontan al Epipaleolítico, y se han encontrado en la fuente de las Palomas y en el Castillejo, consistiendo en industria lítica compuesta de abundantes hojitas de sílex. Estos últimos cazadores especializados de la Prehistoria habitaron en dos parajes bien diferentes, aunque propicios para la caza, pues mientras la fuente de las Palomas es una suave loma, hoy olivar, el Castillejo es una elevación más considerable, con cierto carácter estratégico.

Los autores del Neolítico, escogieron lugares muy diversos, desde las cumbres poco accesibles de las sierras cercanas, hasta las tierras más bajas. En ellos nos han dejado muestras de los que podemos considerar elementos típicos de su cultura: cerámicas a la almagra, incisas e impresas, utensilios de sílex, brazaletes de piedra, etc. La distinta localización de los lugares en que vivieron da pie a pensar que esto, probablemente, se debió a actividades económicas específicas.

Algunas manifestaciones artísticas, posteriores al Paleolítico, y que posiblemente puedan ser contemporáneas del Neolítico, se encuentran en la Cueva del Muerto y en la de El Palanzuelo.

 

0 Comentarios

Valora y Escriba un Comentario

Valoración