Se encuentra situada a una altitud de 635 metros y a 94 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba.

La villa de Rute se sitúa al suroeste de la provincia de Córdoba, en lo que podría considerarse como el "corazón" de Andalucía y del parque natural de las Sierra Subbéticas Cordobesas. 

Rute el Viejo, del que aún se conservan sus ruinas, surgió en las primeras décadas del siglo XIII, como una fortaleza construida por los árabes en la Sierra con misión defensiva y perteneció al Reino Nazarí de Granada. Fue conquistada mediante capitulación en torno a 1240 por Fernando III, que la donó al consejo de Córdoba.

Su carácter fronterizo con el vecino Reino Nazarí de Granada hizo su situación muy inestable: El infante Pedro de Castilla, hermano de Fernando IV de Castilla, la volvió a conquistar en 1313.1​ Posteriormente, sería Alfonso XI de Castilla quien la tomó en 1341. La recupera definitivamente para los cristianos Juan II en 1433, quien la otorga en señorío a su doncel Ramiro Yáñez de Barnuevo. Como se aprecia, se conoce con detalle el año de las conquistas cristianas pues los reyes e infantes utilizaban las crónicas para incrementar su prestigio ante sus súbditos. Por ello también, eran menos prolíficos con las conquistas nazaríes.

En la guerra civil entre Enrique IV y el infante Don Alfonso (1465-68), el señor de Rute apoyó a este último, por lo que el monarca revocó la donación otorgándola a Diego Fernández de Córdoba, señor de Baena y primer Conde de Cabra, por la ayuda prestada en la toma de Écija, dinastía que ejercería un poder casi absoluto en la localidad a lo largo de la Edad Moderna.

En los primeros lustros del siglo XVI se configuró Rute en su actual emplazamiento, quedando abandonada desde entonces la antigua población y erigiéndose los primeros barrios de la actual en un lugar algo menos escarpado y tortuoso que el de la primitiva fortaleza.

A partir de este momento comenzó la repoblación del lugar y el traslado de Rute el Viejo a su actual ubicación, que reuniría mejores condiciones debido al mal estado de conservación de la antigua fortaleza por los continuos ataques de cristianos y musulmanes.

Destacan: La Iglesia de Santa Catalina, Museo del Anís, Museo del Jamón Curado y Museo del Azúcar.

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