Luque se levanta al sureste de la provincia de Córdoba y al nordeste de la Subbética, al pie del Tajo del Algarrobo, vigilado por el castillo medieval Albenzaide, perenne flor de piedra en escarpadas rocas. A 75 km. de Córdoba, con 665 m. de altitud.
En los alrededores de Luque son numerosas las cuevas y covachas en las que queda constancia de la vida humana en estas tierras desde época muy temprana: La Encantada (junto a la muralla del Castillo), Lóbrega, Campanilla, Toril Chico, etc (que estuvieron pobladas con total seguridad durante el Neolítico).
Cabe destacar en época ibérica los importantes yacimientos arqueológicos de la zona, destacando sobre todos ellos el del Cerro de la Almanzora (recinto ciclópeo y ciudad ibero-romana), dominando la carretera que discurre entre Córdoba y Granada. Estamos. Sin duda ante uno de los yacimientos más importantes de la Provincia de Córdoba. Son también destacables los yacimientos de Cerro de las Cabezas (con una importante fortificación), Recinto fortificado de los Castillarejos (estudiado por Fortea y Bernier), Recinto de Fuente Pilar, etc.
La gran mayoría de estos yacimientos serán utilizados por los romanos con posterioridad, dotándolos de todas las infraestructuras propias del mundo romano; aparte de las anteriormente citadas destacan los yacimientos de Los Cautivos (con un recinto fortificado), el recinto fortificado del Cerro de San Antón y las murallas ciclópeas del Cerrillo de la Cárcel o del Salobral.
Estos yacimientos, juntos con otros de menor importancia, en los que no me detengo, dan cuenta del importante patrimonio arqueológico con que cuenta Luque. La primera noticia de su fortaleza durante el período musulmán parte de los años 908-909 cuando al relatar Ibn Hayyan una sublevación hace referencia a él. También consta la utilización de sus canteras para la construcción de la mezquita Aljama de Abderramán III en Córdoba. Durante la dominación musulmana, la villa perteneció a la cora de Cabra, y será hasta las invasiones del siglo XI cuando de vincule a Córdoba.
La villa fue reconquistada por Fernando III el Santo entre febrero de 1240 y marzo de 1241, espacio de tiempo que pasó el monarca por estas tierras (así consta en la Primera Crónica General de España). La población musulmana permanece en la villa hasta 1294, al haberse entregado por pleitesía. Tras unos breves años en que está en manos de doña Juana de Ponthieu (esposa de Fernando III) y del infante don Juanpasará a manos de los Venegas (es señorío desde un primer momento), que ostentarán el señorío hasta el siglo XIX.
Tradicionalmente Luque ha sido una villa en la que ha predominado el sector primario, en el que destaca el laboreo del campo (López Ontiveros). La importancia que adquiere la religión queda constatada al contemplar el rico patrimonio religioso con que cuenta el pueblo.
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