Se halla situado a una altitud de 280 metros y a unos 50 km de la capital de provincia, Córdoba.
Aguilar de la Frontera es la antigua Ipagrum ibero-romana, involucrada en la batalla de munda, que enfrentó a los partidarios de César con los de Pompeyo. Precisamente de este periodo son sus restos más antiguos, una necrópolis de grandes dimensiones.
La conquista musulmana de la ciudad hizo que pasara entonces a denominarse Bulay o Poley, quizás derivando del griego. La derrota, el 5 de abril del año 891, de sus pobladores cristianos y de las tropas rebeldes frente a las tropas del emir Abdallah, hizo que la población pasara a pertenecer a la cora de Cabra. Algún tiempo más tarde, en el siglo XI, Poley fue incluida en el reino zirí de Granada.
Al inicio del reinado de Pedro I, Alfonso Fernández Coronel, que había recibido solo hacía unos meses el señorío, se rebeló contra el rey. El grito de "Aguilar, Aguilar" se había hecho habitual entre los rebeldes en Castilla desde principios de ese siglo, así que, aplastada la rebelión, Pedro I decidió cambiar el nombre de Aguilar por del de Monterreal, y el escudo del águila por el de un rey sentado con la espada desenvainada.
Después de las guerras civiles castellanas, que enfrentan a Pedro I y Enrique II, la villa pasa a pertenecer a Gonzalo Fernández de Córdoba. Los siglos XVII y XVIII representan una etapa de decadencia y crisis para la localidad, debido al fuerte descenso poblacional ocasionado por las epidemias.
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