Monumento nacional. Es uno de los edificios más sobresalientes de la sierra. Su construcción es de época de los Reyes Católicos, aprovechándose las piedras del Castillo demolido con anterioridad. Aún puede observarse su clara estructura mudéjar. Consta de tres naves y puede clasificarse entre los monumentos religiosos del siglo XIII al XIV, cuya construcción se inició una vez terminada la Reconquista por Fernando III. La cabecera del templo se levantó en el siglo XV y fue decorada con pinturas de esta época que aún pueden observarse detrás del retablo barroco.
Presenta tres portadas: la principal que mira al norte, de finales del siglo XV; en el lado sur permanece todavía la puerta, del siglo XIV, con arco apuntado de ladrillo, del gótico - mudéjar; y la poniente también del siglo XV-XVI, con airoso pórtico. Delante de la puerta hay mosaicos de piedras filonianas de la región del siglo XVI, formando rosetas y dibujos geométricos. Interesantes son los retablos dieciochescos, como los de la Virgen del Rosario, la Inmaculada y las Benditas Animas así como las pinturas murales de la nave central y un cuadro de Fray Diego Delgado del siglo XVII.
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