El Patio de las Rejas es una de las imágenes más difundidas y populares de Viana, convertida en icono del palacio y del barrio donde se inserta. Se abre al exterior a través de una espléndida arquitectura manierista, para mostrarlo a la vista pública y exteriorizar la posición social de los propietarios del palacio. Este patio es un claro ejemplo de recinto donde la arquitectura se impone a la botánica. Está pensado para impresionar y satisfacer la necesidad de la nobleza renacentista de salir al exterior, en la época de Don Gómez de Figueroa y Córdoba, III señor de Villaseca y quinto dueño del Palacio. La solución arquitectónica se plasma en una fachada decorativa compuesta de tres vanos manieristas cerrados con rejas de forja, realizada en 1624 por el maestro de obras Bartolomé de los Reyes y Cueto. En el siglo XVIII, con la construcción del Patio del Archivo, se abrió un eje de comunicación visual nortesur, de modo que las nuevas estancias se comunicaban con el exterior a través del Patio de las Rejas. De esta forma, la tradición andalusí de patio privado, muy palpable en el Patio de los Naranjos y que perduró siglos en Córdoba, comenzó a mezclarse con otras influencias culturales y arquitectónicas. Este anhelo nobiliario de exhibir la situación de poder de la familia durará siglos y este patio será el lugar perfecto para cumplirlo. Desde su construcción y hasta finales de los ochenta del pasado siglo, los nobles del palacio lo han usado como balcón privilegiado para contemplar los eventos públicos, por ejemplo, el paso de la Virgen de las Angustias el Jueves Santo. No es baladí que este patio nunca pierda la cobertura verde a lo largo del año ya que, como se abre a la vista de los transeúntes, debe estar siempre vistoso. A ello contribuye el manto vegetal de los cítricos en espaldera. El Patio de las Rejas ha sido desde su construcción, uno de los espacios mimados por los dueños del palacio, tanto por su bella arquitectura como por su carácter abierto, destinado a mostrar el poder de la familia. Hoy en día este patio y sus famosas rejas continúan siendo los mejores embajadores de los atractivos del palacio de Viana. Invernadero al patio Sofía Amelia de Lancaster y Bleck (1904- 1982), III marquesa de Viana, era una gran aficionada a la jardinería. En 1960 ordenó la construcción de un invernadero en el Patio de la Alberca para que los plantones de cineraria híbrida pudieran crecer en las mismas ventajosas condiciones en las que lo hacían las macetas de Ángela Romero de Torres, hermana del famoso pintor cordobés, y cuyas flores tenían fama de ser las más vistosas. Ambas las lucían al paso de las procesiones del Jueves Santo. Curioso ritual La toma de posesión era un acto en el que el noble se paseaba por las estancias que acaban de heredar o adquirir realizando ciertos rituales. La del III marqués de Villaseca (siglo XVIII) menciona este patio: “…y pasó a otro segundo cuerpo de jardín donde hay tres rejas grandes que salen a la calle (…) y una fuente en medio y meneó el agua y echó una piedra en él y cortó otras ramas de limas, naranjos y romeros y se asomó a las dichas rejas y paseó por todo ello…”

 

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