Es una crema que se toma fría hecha a base de tomate, pan, aceite de oliva virgen extra y ajo. Es el entrante por excelencia de todos los bares, tabernas y restaurantes cordobeses. Es quizá la tapa más típica de la ciudad y su preparación es muy sencilla: Se parten unos 400 gramos de pan duro y se maceran en aceite de oliva virgen extra. A esta mezcla se le añade 1 diente de ajo, sal y 1 kilo de tomates rojos previamente pelados; A continuación se tritura todo. La masa resultante se cuela y se sirve acompañada de trocitos de jamón y huevo duro.

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