AÑO DE CONSTRUCCIÓN: Construido en la segunda mitad del siglo XV.

ESTILO: Arquitectura del Barroco

UBICACIÓN: Plaza Santuario de la Fuensanta, s/n, 14010 Córdoba

RESEÑA HISTÓRICA: Se encuentra a las afueras de la ciudad, junto al río Guadalquivir, en el lugar donde la tradición sitúa la aparición de la Virgen y del manantial con poderes curativos de donde deriva la denominación para el sitio y la advocación de la imagen de la «Fuensanta», objeto de culto desde entonces.

Está conformado por la iglesia, a la que se adosan un patio con atrio, la antigua hospedería, la casa del santero, el templete humilladero que alberga la fuente o pocito milagroso y la explanada delantera, donde tienen lugar los principales rituales del ocho de septiembre, festividad de la Virgen de la Fuensanta. El interior del inmueble alberga una significativa colección de bienes muebles, entre los que cabe señalar la imagen de la Virgen de la Fuensanta, copatrona de la ciudad, y una numerosa e interesante colección de exvotos que evidencian la importancia del santuario a nivel simbólico e histórico.

El Santuario, además de albergar a la Patrona, la Virgen de la Fuensanta, es sede de la Pro-Hermandad de la Bondad.

El origen del Santuario hay que situarlo hacia el año 1420, cuando, según la leyenda, vivía en Córdoba un pobre artesano, Gonzalo, que tenía a su mujer enferma y a su hija loca, el hombre sólo vivía para cuidarlas y alimentarlas. Una calurosa tarde de verano, Gonzalo se sintió tan desesperado y acosado por la necesidad, que se echó a andar sin saber dónde iba. Caminaba por la orilla del río recogiendo moras de las zarzas y se iba olvidando de su amargura. De pronto notó que se le acercaban dos bellas jóvenes y un joven también muy hermoso, una de las jóvenes se le acercó y le dijo " Gonzalo, toma agua de aquella fuente que está bajo los árboles y dásela a tu mujer y a tu hija para que la beban, y sanarán de sus enfermedades. El pobre hombre sin saber qué hacer, pero con esperanza en su corazón, pensó que aquellas mujeres eran la Virgen María, de la que era muy devoto, y los patronos de Córdoba, San Acisclo y Santa Victoria. En eso pensaba sin atreverse a mirarlo, cuando el joven dijo: " Haz lo que te dice la Madre de Jesús, que mi hermana Victoria y yo somos los patronos de esta ciudad". Gonzalo ardía en deseos de cumplir lo mandado cuanto antes. Buscó entre los árboles, y allí estaba el agua, al pie de una higuera, volvió la vista hacia los mensajeros, pero ya no estaban. Corrió en busca de una vasija y con ella llena de agua marcho a su casa, les contó a las mujeres lo que le había ocurrido, y les dio a beber el agua. Al poco tiempo las dos mujeres sanaron, y también todos los que bebían el agua de la sagrada fuente, de la Fuensanta. Muchos años después un ermitaño que estaba al borde de la muerte, fue a la Fuensanta, bebió el agua y curó. Le pidió a Dios que le dijera por qué aquella agua lo había curado. El día 8 de septiembre oyó una voz que le dijo que en el tronco de aquella higuera salvaje que crecía junto a la fuente, había encerrada una imagen de la Virgen, que habían puesto allí antiguos cristianos, y que el árbol había cubierto con su madera para ocultarla de los moros. El ermitaño corrió a contar lo que había escuchado al Obispo. Éste hizo cortar la higuera y allí apareció la imagen de la Virgen que se venera en el Santuario. La imagen se trasladó a la Catedral hasta que se construyó el Santuario.

Excitada la devoción, muy pronto le dedicaron un templo y el año 1450 se hizo solemnemente la invención, construyéndose la iglesia en lo que fuera la Huerta de Albacete, disponiendo el cabildo que se hiciese un brocal al pozo para que allí se recogiese el agua de la fuente. En 1455 fue al Santuario la reina Doña María, esposa del rey Don Alonso de Aragón; curada de su enfermedad, donó una gran cantidad de alhajas y oro con destino a la construcción de una hospedería u hospital para los pobres y unas habitaciones para el capellán, lo que incrementó aún más la devoción y por lo que el Obispo de Córdoba acordó labrar un humilladero sobre la fuente. La fama de los milagros fue muy grande, recogiéndose numerosas historias y anécdotas en torno al Santuario de la Fuensanta. Son también muy importantes las numerosas procesiones que con motivo de inundaciones, sequías, temporales, epidemias, etc., se conocen en relación con el mismo y con la historia de la ciudad de Córdoba.

Sobre las obras hay constancia de que ya estaban terminadas en 1494, y efectivamente, las características del humilladero son del último tercio del siglo XV. Con el tiempo el santuario ha sufrido numerosas intervenciones debido en gran parte a su situación junto al río, por las consecuentes inundaciones, que lo han afectado gravemente en muchas ocasiones.

HORARIOS:

Mañana: De 8,30 a 12 horas.

Tardes: 17,30 a 20,30 horas.

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Dirección: Plaza Santuario de la Fuensanta, s/n, 14010 Córdoba. Teléfono: 957 25 29 61