Tan sólo seis kilómetros conforman los llamados Sotos de la Albolafia. El material de arrastre que el río deposita en este tramo, ha configurado un paisaje de lo más peculiar, donde gran variedad de aves y plantas han encontrado su lugar perfecto. Tanto es así, que el 2 de octubre de 2001, fue declarado Monumento Natural, creando, de esta forma, en medio de la ciudad, una verdadera reserva de flora y fauna.
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